
De participante de Batuta a representante de Colombia en Turquía
Kevin
Santiago Velandia, estudiante del Centro Musical Batuta Santiago de las
Atalayas, representó a Colombia en el IV Festival del Pan de la Paz en Turquía;
su experiencia es una muestra de cómo un proceso formativo en la Fundación puede modificar los horizontes personales de los niños y niñas participantes, impactando su desarrollo personal.
kevin hace parte de los 18.000 niños, niñas, adolescentes y
jóvenes colombianos que participan en el programa Música para la reconciliación
que forma en iniciación musical y coro a niños y jóvenes en 84 municipios de
todo el país. Su historia con la Fundación
empieza después de su llegada a Bogotá, donde inició sus estudios en el Colegio
Santiago de las Atalayas en el 2012. Allí pudo ser parte de este programa, que
gracias al acompañamiento psicosocial, le permitió desarrollar su autoestima,
regulación emocional y potenciar sus aspiraciones para superar una serie de
dificultades personales y familiares.
Gracias a su desarrollo personal y musical ha sido sido seleccionado por la
Fundación Nacional Batuta para ser parte de diversos talleres y conciertos de
alta representatividad en la ciudad. “El desarrollo musical de Kevin ha sido
muy interesante. La música llegó a él como una herramienta para controlar su
fuerte personalidad, ahora gracias su pasión en la música, ha adquirido
características que han beneficiado su resolución de conflictos de forma
pacífica, es más colaborador y controla mejor sus emociones’’ puntualizó Daniel
Ruiz, Profesor del Centro Musical Santiago de las Atalayas.
Su más memorable experiencia, fruto de un desarrollo
sostenido, llegó en el 2017 cuando la Fundación Nacional Batuta lo invitó a
representar a Colombia en el IV Festival del Pan de la Música, que se realizó
en Estambul, Turquía. En este encuentro de jóvenes músicos provenientes de
diversas partes del mundo, Kevin integró una delegación que presentó un amplio repertorio
del folclor nacional junto a otras expresiones musicales de Afganistán,
Azerbaiyán, Sudán, Palestina y Kosovo, entre otros.
“Después de llegar de Turquía me di cuenta que quiero
estudiar idiomas y música, ya que cuando grande quiero volver a Turquía para
compartir con otros a través de la música“, comenta Kevin, estudiante de la
Fundación Nacional Batuta en Bogotá.
Yaneth
Enciso, madre del joven, maestros y amigos han dado cuenta del progreso de
Kevin, quién se ha convertido en un ejemplo de superación para su familia y
entorno escolar como una persona que a través de la música ha formado una
personalidad de resiliencia y constancia. Él es un ejemplo de cómo el poder
transformador de la música da la oportunidad a un niño en condición de vulnerabilidad
de superarse a sí mismo, tener un impacto positivo en su entorno inmediato y de
reorganizar sus aspiraciones para su futuro.