Sonidos de esperanza
El proyecto de mayor envergadura desarrollado por la Fundación Nacional Batuta (FNB), financiado por el Ministerio de Cultura, tiene como objetivo garantizar el ejercicio de los derechos culturales y el desarrollo integral de 18.000 niños, niñas, adolescentes y jóvenes de Colombia que han sido víctimas del conflicto armado o que se encuentran en situación de extrema vulnerabilidad, mediante un programa de formación musical colectiva de ensambles y coros, con un destacado componente de atención psicosocial.
Este proyecto inició en 2001, funciona en 131 centros musicales de 84 municipios ubicados en los 32 departamentos del país y entre sus beneficiarios directos se cuenta un importante porcentaje de población en condición de discapacidad, población afrocolombiana e indígena.
Además de su gran impacto social, este programa busca que la formación musical impartida alcance altos estándares de calidad y que se genere una complementariedad con el Plan Nacional de Música para la Convivencia, así como una plena articulación de los distintos procesos de formación musical de Colombia.
Objetivos
- Desarrollar competencias musicales, ciudadanas y cognitivas en los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos (alumnos del programa de Discapacidad, mayores de 23 años) beneficiarios del programa.
- Ofrecer acompañamiento psicosocial a niños, niñas, adolescentes y jóvenes utilizando para ello un modelo de trabajo musical- psicosocial que busca una acción integral que favorezca su desarrollo.
- Vincular y movilizar a las familias y a la comunidad inmediata alrededor de la formación musical y el goce efectivo de los derechos de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes beneficiarios del programa.
- Trabajar en articulación con el Ministerio de Cultura y otras instancias del gobierno nacional y/o local para buscar el fortalecimiento y sostenibilidad del programa.
- Mantener permanentemente a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes beneficiarios del programa “Música para la reconciliación” en los Centros musicales Batuta, como un medio de prevención, protección y resarcimiento de sus derechos.
Componentes del Programa
Para el desarrollo del programa “Sonidos de esperanza” existen dos componentes: Iniciación musical (ensamble y coro) y Discapacidad.
Componente de Iniciación musical (ensamble y coro): Dirigido a niños, niñas, adolescentes y jóvenes entre 6 y 17 años de edad. Este componente busca que los beneficiarios adquieran destrezas básicas para el desarrollo motriz, rítmico, auditivo, vocal, a través de la práctica instrumental y la lectoescritura musical, mediante la participación activa en agrupaciones de Ensamble de iniciación musical conformadas por 35 ó 40 participantes donde se trabaja, prioritariamente, el repertorio colombiano y latinoamericano.
Componente de Discapacidad, “potenciando la diversidad”: Este componente ofrece formación musical a niños, niñas, adolescentes y jóvenes en condición de discapacidad como una oportunidad para potenciar sus habilidades físicas, intelectuales, sensoriales y psicosociales; esta formación contempla el acompañamiento psicosocial y ocupacional al individuo y su familia y promueve la gestión institucional para contribuir a garantizar los derechos de esta población.
El componente desarrolla acciones que permiten la disminución de barreras actitudinales y el cambio de percepción frente a la discapacidad con el fin de favorecer la interacción grupal, el reconocimiento de la diferencia y el fomento de la independencia, para lograr la participación de las personas en condición de discapacidad en actividades escolares, productivas, lúdicas, de aprovechamiento del tiempo libre y la integración comunitaria.
Enfoques del programa
El proceso de formación musical integral se basa en los siguientes enfoques interrelacionados entre sí:
Práctica musical colectiva
En consecuencia con el modelo Orquesta-Escuela, el quehacer musical y su producción están en el centro de la actividad. Esto implica permanente reflexión sobre el hacer y la aplicación de metodologías y técnicas orientadas a la solución colaborativa de problemas específicos, derivados de la práctica del repertorio.
De esta manera, los diversos ambientes de aprendizaje asociados al montaje de las obras permiten al estudiante desarrollar hábitos y adquirir sus competencias en contextos diversos y, a la vez, ofrecen múltiples oportunidades para ponerlas en práctica. Las salas de ensayo, las aulas de clase, los talleres y los espacios propicios para la práctica musical ante el público, constituyen ambientes esenciales para el ejercicio de los valores y para la autoevaluación permanente de los logros de cada estudiante. La interacción de estudiantes, profesores, colaboradores, padres de familia y miembros de la comunidad en dichos espacios, garantiza una relación viva y real de un aprendizaje orientado al ejercicio de los valores en contextos propios del campo musical.
Desde el punto de vista filosófico y social, se trata de un proceso que va del grupo al individuo y no del individuo al grupo. La orquesta, la banda, el ensamble, el coro, son ejemplos de sociedades organizadas, las cuales requieren de la participación constructiva de todos sus miembros, hacia la concreción de metas e ideales. El resultado artístico, como paradigma de logro social, hace relevantes los aportes de sus integrantes, a la vez que crea necesidades y oportunidades de desarrollo.
Conceptos que se relacionan entre sí:
• Orquesta-Escuela.
• Práctica musical colectiva.
Este enfoque desarrolla competencias musicales del nivel iniciación tales como:
• Sincronía rítmica.
• Manejo básico del instrumental Orff (flautas, placas, percusión menor y voz)
• Manejo básico de la voz cantada.
• Capacidad para memorizar repertorio en español y en la práctica coral en otros idiomas o lenguas originarias, principalmente melodías simples con acompañamiento.
• Capacidad de hacer presentaciones o muestras musicales frente al público.
Enfoque psicosocial
Este enfoque reconoce que las personas tienen recursos para asumir la vida con autonomía y libertad, siempre y cuando existan condiciones mínimas que garanticen el ejercicio de la ciudadanía. En este sentido, el acompañamiento psicosocial que brinda el programa genera:
• Acciones para mitigar sufrimiento emocional: desarrollo de actividades que permitan generar contención emocional por los hechos vividos y potenciar capacidades en los niños, niñas, adolescentes y jóvenes y así favorecer los procesos de recuperación y restablecimiento de la dignidad y la autonomía.
• Acciones de atención focalizada: implementación de un acompañamiento a los beneficiarios y familias que requieran una especial atención por sus características, necesidades e impactos, determinados mediante alertas frente a posibles situaciones de alto riesgo.
• Acciones para ampliar la oferta: acercar la oferta institucional del territorio a las familias mediante el trabajo en red para contribuir al goce efectivo de derechos de la población vinculada al programa.
• Acciones para promover el desarrollo de potencialidades individuales y colectivas a favor de la práctica musical colectiva.
• Propiciar espacios para la reconstrucción de las identidades, memoria y el tejido social.
Enfoque de derechos
El enfoque basado en los derechos humanos se constituye en un marco de referencia para el proceso de atención integral de los beneficiarios de Sonidos de esperanza. Desde el punto de vista legal se basa en las normas internacionales y nacionales sobre derechos humanos y desde la mirada operacional, se orienta a la promoción y la protección de los derechos humanos. El propósito de la implementación de este enfoque es analizar las desigualdades que se encuentran en el centro de los problemas de desarrollo y corregir las prácticas discriminatorias y el injusto reparto del poder que obstaculizan el progreso en materia de desarrollo. (Naciones Unidas, 2006 p. 15).
En lo relacionado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible adoptados por las Naciones Unidas en 2015, el programa Sonidos de esperanza es un aporte hacia el logro del objetivo de desarrollo No. 4 que plantea la garantía de una educación de calidad inclusiva y equitativa y la promoción de oportunidades de aprendizaje permanente para todos, así como hacia el logro de los objetivos de desarrollo No. 10 y 16 que buscan, respectivamente, reducir las desigualdades entre países y dentro de ellos y promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible (…)
En el programa se evidencia la implementación de este enfoque a partir del desarrollo de las siguientes líneas:
- Acciones actitudinales: encaminadas a dar un trato digno, igualitario, no discriminatorio a los beneficiarios del programa y a sus familias por parte de los colaboradores de la Fundación Nacional Batuta.
- Reconocimiento de las víctimas como sujetos especiales de derecho por la vivencia del conflicto interno.
- Generación de espacios de reconocimiento individual y comunitario de los beneficiarios como sujetos de derecho y oportunidades.
- Garantía del ejercicio de derechos culturales asociados a la práctica musical en igualdad de condiciones en todo el territorio nacional.